BLOG DE RAÍZ SEFARDÍ

PARASHAT HA'AKEDÁ - EN LAS PLEGARIAS DE SHAJARÍT

 

AKEDAT YITZJAK – DIOS PRUEBA A ABRAHAM

LA IMPORTANCIA DE RECITAR LA AKEIDA TODOS LOS DIAS


Extracto de un shiur dado por el Rav Eliezer Berland, Shlit"a, 
El martes de la Parashát Va'etjanán 5779


Lo principal es decir también la Parashát Akeidá (la porción de la Torá que describe la atadura de Yitzjak), hay que recitarlo. La gente no presta atención. 

Ahora, leamos lo que está escrito. Antes de la Akeidá, la persona siempre debe leer también la introducción. Esto no  se encuentra en todos los sidurím, sólo se encuentra algunos de ellos, como el Sidur Tefilá Kol Peh. No se encuentra en otros como el Makor Braja, ni tampoco en el Sidur Clalit Yofi.

LA AKEIDÁ SUAVIZA LOS DINÍM

Entonces, cuando una persona dice la Akeidá, está endulzando todos los Diním (juicios severos) en el mundo, hasta el fin de los tiempos. Los duros decretos del año, todo se endulzan con recitar la Akeidá. Después de los duros decretos del año, ya será necesario mudarse a la Aretz (a la tierra de Israel).

Cuando una persona recita la Akeidá, los duros decretos del año ya están todos endulzados.

 ES UN MANDAMIENTO DE LA TORÁ MUDARSE A LA TIERRA DE ISRAEL

Es una Mitzvá de Oraitá (una Mitzvá derivada directamente de la Torá) vivir en Eretz Israel.

Sí señores, es una Mitzvá de Oraitá. Y también el vivir en Jerusalén es de una Mitzvá de Oraitá. Debemos saber que, además de Jerusalén, está prohibido vivir en otro lugar. Incluso si nos salimos para recaudar dinero, debemos regresar de inmediato a Jerusalén.

Está prohibido pasar incluso una noche fuera de Jerusalén. Y así, todo se endulza, todos los duros juicios. Está escrito que el Tamid (la ofrenda diaria) del shajar (del amanecer) expía por los pecados de la noche. [Y el tamid de] Aravit (anochecer) expía por los pecados del día.


Entonces, la Akeidá lo endulza todo.


No hay nada que no endulce la Akeidá. Digan la Akeidá todos los días. [Como está escrito en el] Shulján Aruj, para salir de todos los problemas y de todo majloket (contienda). Quien quiera salir de todo majloket, debe decir la Akeidá.

Cuando decimos la Akeidá, desciende una bat kol (voz del cielo). Todo esto solo está escrito en sidurím como el Tefilá Kol Peh. Cuando decimos: "¡No extiendas tu mano contra el Naár (el muchacho) y no le hagas nada!" - baja un bat kol. Cuando decimos:


"¡NO ALCES TU MANO CONTRA EL JOVEN (NAÁR) Y NO LE HAGAS NADA!"

Todo el mundo tiene que leer esto, antes de la Akeidá.


PLEGARIA PARA ANTES DE LEER EL ACONTECIMIENTO DE LA AKEIDÁ


¡Amo del universo! Qué Sea tu voluntad, oh Adonai, Dios nuestro y Dios de nuestros padres, recuerda por amor a nosotros el pacto que hiciste con nuestros padres. Así como nuestro padre, Abraham reprimió su compasión por su único hijo y hasta estuvo a punto de ofrecerlo sobre el altar para hacer tu voluntad, 

Igualmente Padre Eterno, Tú el que todo lo puede, a quién no se le niega nada, que tu compasión reprima tu ira contra nosotros; y que tu compasión prevalezca sobre tus [otros] atributos, 1 para tratarnos con más indulgencia que la letra de tu Torá. 

Trata con nosotros, oh Eterno,  Dios nuestro, con bondad y compasión. Qué en tu gran bondad divina, aparta el ardor de tu ira de tu pueblo, de tu ciudad, de tu tierra y de tu heredad territorial. 

Cumple para nosotros, oh Eterno, Dios nuestro, la promesa que nos hiciste, a través de tu siervo Moshé, como se le dijo:

“Recordaré Mi pacto con Yaakov, también Mi pacto con Yitzjak, y también Mi pacto con Avraham recordaré; y recordaré la tierra ".

LECTURA DE LA AKEIDÁ

BERESHIT [GÉNESIS] 22:1-19

1 Aconteció que después de estas cosas, Dios probó a Abraham, y le dijo: «¡Abraham!». Y él respondió: «Aquí estoy». 2 Y Dios le dijo: «Toma ahora a tu hijo, a tu único hijo, al que tú amas, a Yitzjak, y ve a la tierra de Moriah, y ofrécelo allí como Korbán Olá sobre uno de los montes que Yo te diré». 3 Abraham se levantó muy de mañana, aparejó su asno y tomó con él a dos de sus criados y a su hijo Yitzjak. También partió leña para el Korbán Olá (holocausto), y se levantó y fue al lugar que Dios le había dicho. 


4 Al tercer día alzó Abraham los ojos y vio el lugar desde lejos. 5 Entonces Abraham les dijo a sus criados: «Quédense aquí con el asno. Yo y el Naár (el muchacho) iremos hasta allá, adoraremos y volveremos a ustedes». 6 Tomó Abraham la leña del Korbán Olá y la puso sobre Yitzjak su hijo, y tomó en su mano el fuego y el cuchillo. Y los dos siguieron juntos.


7 Yitzjak le habló a su padre Abraham: «Padre mío». Y él le respondió: «Aquí estoy, hijo mío». «Aquí están el fuego y la leña», dijo Yitzjak, «pero ¿dónde está el cordero para el Olá?». 8 Y Abraham respondió: «Dios proveerá [a] para Sí el cordero para el Korbán Olá, hijo mío». Y los dos siguieron juntos.

9 Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Yitzjak y lo puso en el altar sobre la leña. 10 Entonces Abraham extendió su mano y tomó el cuchillo para degollar (Lishjot) a su hijo. 11 Pero el ángel del Eterno lo llamó desde el cielo y le dijo: «¡Abraham, Abraham!». Y él le respondió: «Aquí estoy». 12 Y el ángel le dijo: «No extiendas tu mano contra el Naár (el muchacho), ni le hagas nada. Porque ahora sé que tú le temes [b] a Dios, ya que no me has rehusado [c] a tu hijo, a tu único hijo».

13 Entonces Abraham alzó los ojos y miró, y vio un carnero detrás de él, trabado por los cuernos en un matorral. Abraham fue, tomó el carnero y lo hizo subir (lo ofreció) como Korbán Olá en lugar de su hijo. 14 Y Abraham llamó aquel lugar con el nombre de El Eterno Proveerá [d], como se dice hasta hoy: «En el monte del Eterno se proveerá [e]».


15 El ángel del Eterno llamó a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16 y le dijo: «Por Mí mismo he jurado», declara el Eterno, «que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado [f] a tu hijo, a tu único hijo, 17 de cierto te bendeciré grandemente, y multiplicaré en gran manera tu descendencia [g] como las estrellas del cielo y como la arena en la orilla del mar, y tu descendencia poseerá la puerta (los portones) de sus enemigos. 18 En tu simiente serán bendecidas [h] todas las naciones de la tierra, porque tú has obedecido Mi voz».

19 Entonces Abraham volvió a sus criados, y se levantaron y se fueron juntos a BeerSheva. Y se estableció Abraham en BeerSheva.


LA FAMILIA DE RIVKA IMENU (REBECA)


20 Después de estas cosas, le trajeron noticia a Abraham, diciéndole: «Milca también [i] le ha dado a luz hijos a tu hermano Nacor: 21 Uz es su primogénito, Buz es su hermano, y Kemuel, el padre de Aram, 22 Quesed, Hazo, Pildas, Jidlaf y Betuel». Todos estos ocho hijos le dio a luz Milca a Nacor, hermano de Abraham. 24 También su concubina, de nombre Reúma, le dio a luz (hijos): a Teba, a Gaham, a Tahas y a Maaca.


NOTAS AL PIÉ
Génesis 22:8 Lit. verá. 
Génesis 22:12 O reverencias.
Génesis 22:12 O negado. 
Génesis 22:14 Heb. HaShem-yireh.
Génesis 22:14 Lit. se verá. 
Génesis 22:16 O negado.
Génesis 22:17 Lit. simiente. 
Génesis 22:18 O a sí mismas se bendecirán.
Génesis 22:20 Lit. ella también.


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