BLOG DE RAÍZ SEFARDÍ

CUANDO LA ANGUSTIA SE DISIPA, MAS LA INJUSTICIA TARDA

 

¿QUÉ HACER CUANDO LA ANGUSTIA SE DISIPA, MAS LA INJUSTICIA SE QUEDA ATRAS?

Hay que seguir haciendo lo correcto, manteniendo su palabra, seguir haciendo lo que acordó hacer en palabra, o en contrato; aunque el resultado le trae pérdida momentánea, el Eterno Dios no es injusto para pedirle a sus dévotos a que cumplan sus promesas, a pesar de que eso le traiga pérdidas. Como está escrito en la Parashá de Matot: "Si un hombre promete hacer algo... conforme a lo que salió de su boca, lo hará  (Números 30)."

Había un hombre que llevaba décadas en un círculo de pobreza, en la que sus finanzas no se mejoraba, él tenía deudas y compromisos que le eran imposible resolver; a pesar de tener buen empleo. Todo le servía para a penas pagar su alquiler y a penas cubrir sus necesidades en su hogar. Y eso duraba aún después de haber cambiado de empleos varias veces, nada mejoraba, seguía siempre en el mismo apuro, o similar; a veces las necesidades aumentaban hasta tal punto que las angustias crecían sin remedio. Pero él seguía haciendo lo correcto, eso no lograba hacerle disminuir en su Avodat HaShem, Jas VeShalóm, ni tampoco en su Tzedaká, ni mucho menos el practicar Guemilut Jasadím.

Su Devekut (adherencia) a la Torá y a su Creador a veces le hacían tomar decisiones de abandonar  un trabajo o rechazar ofertas lucrativas, o descartar puestos que le impedirían obedecer las enseñanzas de la Torá según la Halajá. 

Ya sea porque sus ganancias y bienestar personal o de su hogar afectaría al conjunto del pueblo Judío. Si un puesto le impedía el cumplimiento de las Mitzvot, o lo forzaba a trabajar en Shabat / Yom Tov, él lo rechazaba, Baruj HaShem, a pesar de su situación. 

Si un puesto de trabajo creaba dudas o daba mala impresión a la vista de los demás, él no lo aceptaba; y si el obstáculo se presentaba después de ocupar el puesto, él abandonaba su puesto. Y todo eso se producía y se repetía un gran número de veces, a pesar de que su creciente necesidad lo angustiaba y eso se mezclaba con maltratos, juicios injustos, abusos discriminatorios, etc.

Una vez consiguió un puesto bastante lucrativo en una compañía que le permitía desplazamientos, transporte y todos los gastos pagados, él estaba muy contento, parecía que él iba poder finalmente salir hacia delante, especialmente después de tantas angustias e injusticias, que había sucedido en el tiempo transcurrido después de haber dejado un puesto de Gerencia de Instalaciones. 

Todo funcionaba muy bien por unos tres meses aproximadamente, pero de repente uno  los dueños decidió que era mejor usar a otra persona más joven para ese puesto por razones estratégicas o ideológicas que podrían llegar a ser mucho más lucrativas para la empresa. 

Ése hombre no se quejó, ni se amargó por los cambios, él ocupó otros cargos inferiores por un tiempo, sobre todo meditando en el dicho: "Hakol Mi HaShem Ve'Ha kol Le'Tová", es decir todo viene del Dios Supremo, y todo lo que sucede es para bien.

Poco tiempo después, una empresa para la cual él trabajaba anteriormente, lo convenció a que volviera para ocupar un puesto mucho más alto y aparentemente de mucha influencia, allí él sería uno de los ejecutivos, que eventualmente con el éxito que traerían las inversiones y expansiones proyectadas, él podría llegar a salir de los aprietos, angustias y limitaciones financieras. 

Al regresar, todo se hizo muy bien, él estaba muy satisfecho con el puesto y las afluencias del nivel que le proveía el puesto de ejecutivo eran impresionantes. Él se desenvolvía muy bien, gracias a Dios, él lo hacía todo con éxito y su creatividad era recibida  con mucho halago y aclamaciones; en muy poco tiempo con la ayuda de Dios él cambió las presentaciones y las apariencias de los visuales en todas las reuniones.

Sin embargo, por razones de circunstancia él tuvo que volver a hacerse cargo también de algunas cosas que pertenecían al puesto que él había dejado anteriormente, porque el gerente de ese puesto repentinamente tuvo que retirarse, y no había nadie con la capacidad para desempeñar ese cargo. Lamentablemente, ese cargo le impedía a veces atender plenamente todos asuntos del puesto de ejecutivo. Pero gracias a Dios todo funciona bien, bli Ayin Ha'Ra.

UNA INVERSION DE FRACASO O UN ACTO DE SIATA DISHAMAYA


Él un día había logrado invertir casi 50.000 dólares en un negocio de franquicia que podría haberle producido medio millón en ganancia anual después de dos años.

Sin embargo, a pesar de que todo parecía marchar en buena dirección, todo se fue abajo con la reciente Pandemia y perdió su inversión sin poder recuperar nada; a pesar de que el contrato incluía una cláusula de reembolso, pero como la casa madre de las franquicias había quebrado, todo se perdió, lo único bueno que salió de esa Franquicia, fue el hecho de que el gobierno aceptó aprobar el pedido de residencia para un pariente cercano suyo, en toda apariencia por causa de esa inversión, de lo contrario hubiera sido casi imposible, a causa de sus limitaciones financieras, y la antes difícil capacidad de probar que él estaba en capacidad para sostener a alguien en Canadá.  

Se le preguntó a nuestro sujeto lo que él opinaba sobre su fracasada aventura de negocios, que le costaron unos 50.000 dólares. Él contestó que Dios había valorado la migración de su compañera a ese monto es porque ella lo vale. En su opinión el rescate de su persona en realidad no tiene precio. 

MANTENIENDO SUS PROMESAS

A veces sucede que cuando uno promete hacer algo que parece favorecer a todas las partes, después de haber hecho la promesa termina dándose cuenta de que si lo cumple saldrá perdiendo; ya sea en el caso de los negocios, trabajo o en tu vida privada. Sin embargo, uno está obligado a cumplir sus promesas, como lo ordena la Torá en la Parashá de Matot: "No quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca."

Y también el dicho que dice: "Aún después de haber jurado en su detrimento, ni aún así cambia su promesa ... (Salmo 15)".

Ese mismo hombre un mes después de haber ingresado en su puesto de ejecutivo, recibió una oferta de otro puesto ejecutivo muy lucrativo de otra empresa que trató de cortejarlo por causa de sus años de experiencias y fortalezas profesionales en demanda en el mercado competitivo. Pero declinó la oferta, porque ya había prometido a su antiguo jefe, y para no violar la Torá y cumplir con lo mencionado arriba extraído de la Parashá de Matot: 

"No quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca."

Aunque la angustia parecen disiparse por las ofertas lucrativas, la injusticia parece tardar en desaparecer; si uno se mantiene firme en la via recta detrás del Eterno, las ganancias serán enormes.

Hay que seguir haciendo lo correcto, hay que mantener su palabra, hay que imitar al Eterno Creador, el que hace eso sus ganancias serán enormes.

El Eterno cumple sus promesas; a pesar de que ya sabe de antemano que el ser humano le va quedar mal. Aunque el rebelde usa el aire que respira con ayuda del Creador para hacer lo malo, Él le sigue dando vida; a pesar de que todo lo que hace hiere a su hacedor y benefactor.
 




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