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MAALAT GUEDOLA - LA GRAN ELEVACION DEL 3 DE TAMUZ


LA GRAN ELEVACION DEL 3 DE TAMUZ Y EL PODER CABALISTICO DEL PROFETA SAMUEL


Existe una elevación espiritual tan grande que alguien podría obtener que le permitiría aprender en muy corto tiempo lo que normalmente se aprende en miles de años.

Dice el Rav Berland que uno de esos días del año es el 3 de Tamúz, el día de la Hilulá del Rebe de Lubavitch:

3 de Tamuz, 5783


Alguien le dijo a Moshe Rabeinu (Moisés), sabes que Dios creó el día con toda la sabiduría del mundo. Y así también alguien puede aprender en una hora lo que normalmente la gente puede aprender en dos mil años.

Y Moshe le dijo: En realidad, todo lo que aprendí en ochenta años, lo puedo enseñar en una sola hora. Lo que demuestra que todo lo que una persona aprendió en setenta años, en realidad puede aprenderlo en una hora.

Dice el Rav: Hoy el día 3 de Tamuz, todo lo que se puede aprender en casi seis mil años, se puede aprender en cinco minutos.

De repente, una persona en una hora se sabría toda la sabiduría. Todos los descubrimientos de Newton y Aristóteles, todo eso lo pudiera aprender en cinco minutos. ¡En cinco minutos, podríamos haberlo aprendido todo! ¡En cinco minutos, una persona podría haberlo sabido todo!

PODERES KABALISTICOS, LUCES Y ENERGIAS SOBRENATURALES


El respetuoso Mekubal, el Rav Yaakov Adés "Sh’litá", escribió en su libro Pirkei Ha’Majshavá, sobre las alturas y niveles sobrenaturales que se pueden alcanzar y que Sh’muel Ha’Naví (El Profeta Samuel) dominaba bien esa área y nos cuenta una historia que aparece en 1 de Samuel Rabá, sobre el respeto de las Mitzvot y el estudio de la Torá y el poder que tienen de producir cosas extraordinarias. 

Eso nos revela los niveles que el rey David había alcanzado con la ayuda de Sh’muel Ha’Naví como su rabino. David Ha’Melej logró pegarse al Eterno de tal manera que realizaba proezas que ningún ser humano había logrado alcanzar. Como está escrito en Deuteronomio 4: “y ustedes, los que se pegan al Eterno, son los que están vivos hoy”. 

¿Qué significa eso? 


Significa que el apegarse al Eterno, le agrega un nivel de vida tan elevado al alma que le permiten realizar hazañas increibles, con cada momento de estudio, con cada plegaria, cuando cumplimos las Mitzvot y cuando uno se aleja de la culpa, todo esto tiene el efecto de desencadenar una energía sobrenatural proveniente del Eterno que puede impulsar al hombre a elevarse por encima de las fuerzas de la naturaleza; esas energías vienen a sumarse a la energía que ya está presente en el corazón del alma. 

Y si esta energía llega en su omnipotencia y permanece presente en el hombre sin sufrir la menor perturbación, entonces es posible elevarse con fuerzas más allá del marco de la naturaleza.

El Profeta Samuel con sus habilidades Kabalísticas le enseñó al rey David como alcanzar estas energías Cuando se habla de estas fuentes de energía sobrenaturales y los medios para obtenerlas, se deben enfatizar dos cosas. 

La primera es que hay un gran número de fuerzas sobrenaturales, y que no siempre se le da al hombre la facultad de decidir cuáles son las que él alcanzará; sobre todo porque también sucede que podemos acceder a varios tipos de fuerzas sobrenaturales. 

Y la segunda es que por supuesto hay diferentes niveles propios a estas fuerzas sobrenaturales, y que dependen de la forma en que uno realiza las cosas permitiéndoles llegar a ellas, aunque haya merecido adquirir tal o cual poder sobrenatural, la expresión de estas fuerzas también varía con el tiempo. 

Tomando como ejemplo lo que se encuentra en el Midrash Shmuel, Parashá 22 |sobre el versículo, en I Shmuel, cap. 19, versículo 18, se dice que el rey David aprendió del profeta Sh’muel en una sola noche lo que incluso el erudito más sobresaliente no podría aprender, ni aún con cien años de estudios. 

¿Cómo pudo el rey David llegar a ese nível de aprendizaje equivalente a más de un siglo de estudios de un genio? 

La respuesta está en la enseñanza Kabalística que aprendió del Profeta Samuel el Levita, quien a su vez lo aprendió de su maestro, Elí Ha’Cohén, quien lo aprendió de Pinjás y de Yehoshua Bin Nun, quien lo aprendió Moshé (Moisés) Rabeinu. 

Esta enseñanza se encuentra en el libro: Yalkut Shimoní sobre Samuel 24; esto también lo citó el Hida en su libro: "Shem Ha’Guedolím" (Maarejet Ha’ Guedolím", en la letra "yud", sobre el Ari Zal. Y él escribió lo siguiente diciendo así: 

“Porque el obstáculo para nosotros es esta materia espesa que tenemos, pero David Hamelej, Alav Ha’Shalóm, por la fuerza Kabalística de Sh’muel Ha’Naví (El Profeta Samuel), logró deshacerse de la materia, y su espíritu logró unificarlo todo (Rujó Kibetzan). 

Esto está muy claro, Samuel Ha’Naví, el Profeta era un Kabalista sin par con un poder que ni se puede imaginar en comparación a los Kabalistas de hoy. 

¡Cien años! Estamos hablandos de decenas de miles de noches de estudio en una sola noche.





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