LAS GUERRAS DE ISRAEL
La principal guerra que libra el Líder Judío por su nación es una guerra obligatoria. ¿Qué es una guerra obligatoria? Una guerra obligatoria para establecer la Santidad de la tierra Santa, ésta se libra contra las siete naciones cananeas, en segundo lugar está la guerra contra Amalek y la guerra para liberar a Israel del enemigo que lo ataca.
Finalmente, se podrá emprender una guerra opcional, es decir, una guerra contra las naciones vecinas para extender las fronteras de Israel y aumentar su grandeza y prestigio.
Para la guerra obligatoria, el Líder no necesita obtener la aprobación de la corte. Puede salir en cualquier momento por voluntad propia y obligar al pueblo a acompañarlo. Pero en el caso de una guerra opcional, no puede guiar al pueblo salvo por decisión de la corte de setenta y un Juez.
La definición del Rambam de una guerra obligatoria es clara. Esta categoría incluye tres tipos de guerra: 1) guerra contra una de las siete naciones cananeas; 2) guerra contra Amalek; y 3) la guerra en defensa propia.
Todos los sabios concuerdan en que las guerras emprendidas por Yehoshua para conquistar la Tierra de Canan'an fueron obligatorias; y todos concuerdan en que las guerras emprendidas por la casa de David para su expansión que peleó contra Aram Tzova para anexarla a la Tierra de Israel, y contra otros países vecinos para recaudar impuestos fueron opcionales.
El Líder de Israel no debe librar otras guerras antes de la Miljemet Mitzvá, salvo una guerra existencial de autodefensa. ¿Qué se considera Miljemet Mitzvá? La guerra contra las siete naciones de Canaán, la guerra contra Amalek y cualquier guerra librada para proteger a la nación judía de los enemigos que buscan destruirla.
¿CÓMO DEBE EL JUDÍO COMPORTARSE EN LA GUERRA?
El soldado Judío debe de comportarse con santidad, Limpieza, Pureza y modestia en el Ejército
Hay una sección en la Torá que trata sobre el campamento militar de Israel, el cual debe ser santo y puro: “Cuando salgas a acampar contra tus enemigos, mantente alejado de todo mal. Si hay entre ustedes algún hombre que no esté limpio por alguna impureza que aparezca de noche, entonces saldrá del campamento, no entrará en él; sino que al anochecer se bañará con agua, y al ponerse el sol volverá al campamento.
También tendrás un lugar fuera del campamento donde te retirarás; y tendrás una pala entre tus armas; y cuando salgas, cavarás con ella, y al volver, cubrirás tus excrementos.
Porque el Eterno tu Dios anda en medio de tu campamento para librarte y entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento será santo, para que Él no vea en ti nada impuro y se aparte de ti” (Devarim, 23:10-15).
En general, la Torá exige que un campamento militar en Israel esté libre de “toda cosa mala”, es decir, de todos los pecados mencionados en la Torá, incluyendo los considerados especialmente malos, como la idolatría, el incesto y el asesinato (Sifri, allí).
Dado que la Torá utiliza el término “dvar ra”, aprendemos que se debe tener cuidado de no cometer pecados a través del habla, especialmente las prohibiciones de maldecir a Dios y lashón hará (ibid). Nuestros Sabios han dicho:
“Quien habla lashón hará incurre en transgresiones que pueden llevar a la idolatría, el incesto y el asesinato” (Arjin 15B).
Más específicamente, la Torá exige que los soldados judíos sean cautelosos con respecto a la modestia, siendo este el significado explícito de “dvar ra”. Los soldados deben tener cuidado de no tener pensamientos impuros, como afirma el Talmud: “Los rabinos han enseñado sobre el precepto
‘Ve’Nishmarta Me’kol Devar Ra’: no se debe pensar en cosas impuras durante el día, para no contaminarse (con una emisión nocturna) por la noche” (Avodá Zara 20B).
Este es el significado de “Mikre Lilah” en el versículo, “impureza que ocurre por la noche”, que deriva de la palabra “keri”, que significa una emisión accidental de semen. Esto también se enfatiza al final de la porción sobre un campamento militar: “Por lo tanto, tu campamento será sagrado: para que Él no vea nada impuro en ti y se aleje de ti”.
La intención principal de este versículo es advertirnos contra las fantasías sexuales, por no mencionar los actos prohibidos, Dios no lo quiera. Esto incluye la advertencia contra la obscenidad y las payasadas inmodestas (latzanut), ya que estas prohibiciones se relacionan tanto con el habla como con los asuntos sexuales ilícitos.
De las advertencias de nuestros Sabios, hemos aprendido que el lenguaje obsceno y el Latzanut pueden causar la muerte de judíos (véase Tanjumá, Ki Tayzay 3).
Se han mencionado varias razones con respecto a este mandamiento especial, y todas son palabras del Dios Viviente. La propia Torá explica:
«Porque el Eterno tu Dios camina en medio de tu campamento».
Los soldados de Israel son los hijos predilectos del Santo Dios, Bendito Sea, y Su Divina Presencia, la Shejiná, vela por ellos para «liberarlos y entregar a sus enemigos ante ustedes».
El campamento militar de Israel, lo que hoy llamamos Tzahal, tiene una santidad similar a la del Santuario; por lo tanto, los soldados se mantienen en un estado de santidad, al igual que los sacerdotes que sirven en el Templo.
Si hay irregularidades sexuales en el campamento militar, Dios retira Su Divina Presencia de entre nosotros, Dios no lo quiera. Jazal explica que los soldados necesitan con mayor urgencia la ayuda Divina, ya que Satanás acusa a los pecadores en momentos de peligro, y por lo tanto, deben ser especialmente cautelosos en estos asuntos.
El Rambán menciona el hecho bien conocido de que los soldados en los campamentos militares son propensos a todo tipo de transgresiones. Presionados por el estrés mental y físico del duro entrenamiento y los peligros de la guerra, buscan maneras de romper la tensión, y la forma más fácil de hacerlo es mediante la frivolidad, las maldiciones y la conducta sexual ilícita.
Además, la exigencia de arriesgar la vida en batalla altera el marco convencional. De repente, se permite el terrible acto de matar a alguien.
Inesperadamente, un soldado revela en su interior poderes mentales y físicos que desconocía poseer, y si no se controla, estas poderosas fuerzas vitales pueden ser desviadas hacia direcciones negativas. Por lo tanto, la Torá advierte a los soldados que se mantengan alejados de toda conducta inmoral.
Además de esto, cuando un hombre está con su familia, se abstiene más de asuntos sexuales ilícitos. En cambio, cuando se alista en el ejército, se rompen todas las barreras convencionales y aumenta la probabilidad de transgresión y libertinaje.
También existe la tendencia a que, al ocuparse de asuntos militares por el bien de la nación, los soldados terminen descuidando Mitzvot individuales, como cuidar la palabra y no fantasear con transgresiones sexuales.
Por lo tanto, la Torá enfatiza que nuestro campamento militar debe ser sagrado y que, específicamente, gracias a su santidad, saldremos victoriosos en la batalla.
Además, después de la guerra, los soldados regresan a casa con sus familias, y si abusaron de su modestia y santidad israelíes naturales, habrán dañado su psique y alma, y no podrán amar a sus cónyuges de forma completa y sana, pues la modestia y la santidad son los cimientos del amor y la bendición familiar.
Santidad en el campamento militar
Además de las leyes de modestia que deben observarse estrictamente en el ejército, hemos aprendido de la parashá que trata sobre el campamento militar que la limpieza del campamento también debe ser resguardada: que esté limpio de excrementos.
Por lo tanto, la Torá ordena que un soldado que necesite hacer sus necesidades debe hacerlo fuera del campamento y, después, cubrir sus excrementos, como dice: «También tendrás un lugar fuera del campamento, donde te retirarás; tendrás una pala entre tus armas; cuando salgas a hacer tus necesidades, cavarás con ella, y volverás y cubrirás tus excrementos» (Devarim, 23:13-15).
Mientras haya excrementos en el campamento, está prohibido pronunciar palabras sagradas, y Dios, quien camina entre el campamento de Israel, probablemente retire Su Divina Presencia.
Por lo tanto, además de cuidar la modestia, debemos ser meticulosos en el ejército con respecto a la higiene, ya que el propósito del mandato de la Torá de asegurar la limpieza del campamento es permitir que allí se digan palabras de santidad, Torá y bendiciones.
Nuestros Sabios enseñan que un ángel de Dios se le reveló a Yehoshua, reprendiéndolo por no estudiar Torá de noche, cuando no se preparaban para la guerra (Meguilá 3A).
De hecho, después, la noche anterior a la batalla de Ay, Yehoshua estudió Torá, como dice: «Yehoshua se alojó esa noche entre el pueblo» (Yehoshua, 8:9), y «Yehoshua se dirigió esa noche al centro del valle» (ibid, 8:13).
Los Sabios dijeron: «Esto nos enseña que se alojó en las profundidades de la halajá» (Meguilá 3B).
No todos los soldados son capaces de alcanzar el nivel de Yehoshua Ben Nun, de estudiar las profundidades de la halajá la noche anterior a la batalla. Incluso durante el entrenamiento militar no es fácil estudiar Torá con diligencia.
Sin embargo, todo soldado debe ser meticuloso en lo que se refiere a las oraciones y esforzarse por estudiar Torá siempre que sea posible, asegurándose de estudiar algo cada día, aunque sea por unos minutos, para fortalecer la santidad del campamento.
ANÉCDOTAS SOBRE LAS GUERRAS DE ISRAEL EN LA MISHNÁ
La Mishná explora la relación entre la fe y la victoria en las guerras, destacando cómo la conexión del pueblo judío con Dios influye en su éxito. Basándose en Éxodo 17:11, se argumenta que la victoria depende de elevar la mirada hacia el Creador.
También se discute la importancia del sonido del shofar (Trompeta de cuerno) en Rosh Ha'Shaná, especialmente en años en que no se toca debido al Shabat, lo que puede dejar a Israel vulnerable a decretos celestiales.
Además, se analiza el pasaje de Números 21:8 sobre la serpiente de cobre, enfatizando que la sanación proviene de la fe y la conexión con Dios, simbolizada por un estandarte elevado. Esta enseñanza resalta el poder del bitajón (confianza) en la vida y la espiritualidad del pueblo judío.
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מַתְנִי׳ ״וְהָיָה כַּאֲשֶׁר יָרִים מֹשֶׁה יָדוֹ וְגָבַר יִשְׂרָאֵל וְגוֹ׳״, וְכִי יָדָיו שֶׁל מֹשֶׁה עוֹשׂוֹת מִלְחָמָה אוֹ שׁוֹבְרוֹת מִלְחָמָה؟ אֶלָּא לוֹמַר לָךְ: כׇּל זְמַן שֶׁהָיוּ יִשְׂרָאֵל מִסְתַּכְּלִין כְּלַפֵּי מַעְלָה וּמְשַׁעְבְּדִין אֶת לִבָּם לַאֲבִיהֶם שֶׁבַּשָּׁמַיִם — הָיוּ מִתְגַּבְּרִים, וְאִם לָאו — הָיוּ נוֹפְלִים.
LA MISHNÁ PLANTEA ESTE PUNTO SOBRE LAS GUERRAS: Además de la discusión sobre la intención requerida al tocar el shofar en Rosh Ha'Shaná, la mishná cita el versículo:
“Y aconteció que cuando Moisés alzó su mano, Israel prevaleció en la guerra; y cuando bajó su mano, Amalek prevaleció” (Éxodo 17:11).
Lo que cabe preguntarse aquí es: ¿Acaso las manos de Moisés tenían el poder para hacer guerra cuando las levantaba o para causar derrota en la guerra cuando las bajaba?
Más bien, el versículo viene a enseñarnos que mientras el pueblo judío alza sus ojos y sujetaba su corazón a su Padre Celestial (el Eterno Dios y Creador de Todo), pues el Judío prevalece victorioso, pero si no hace eso, cae derrotado. (Rosh HaShaná 29a)
La otra pregunta que surge de esto es, ¿Y qué tiene que ver Rosh Ha’Shaná (el año nuevo Judío) y el sonido del Shofar con las guerras?
Bueno, nuestros maestros espirituales nos enseñan que en cada año en que Rosh Ha’Shaná cae en Shabat hay potencial para desastres, porque en dichos años no se toca el Shofar para no violar las prohibiciones del Shabat (Las 39 Melajot); en esos años solamente se toca el Shofar el día siguiente que es domingo.
El Shofar normalmente viene a anular los decretos duros decretados contra Israel en la corte celestial. Pues cuando no se toca los decretos permanecen intactos, Jas VeShalóm.
LA MISHNÁ CITA OTRA ANÉCDOTA SOBRE EL BITAJÓN, LA CONFIANZA EN DIOS:
כַּיּוֹצֵא בַּדָּבָר אַתָּה אוֹמֵר: ״עֲשֵׂה לְךָ שָׂרָף וְשִׂים אוֹתוֹ עַל נֵס וְהָיָה כׇּל הַנָּשׁוּךְ וְרָאָה אוֹתוֹ וָחָי״, וְכִי נָחָשׁ מֵמִית, אוֹ נָחָשׁ מְחַיֶּה؟ אֶלָּא: בִּזְמַן שֶׁיִּשְׂרָאֵל מִסְתַּכְּלִין כְּלַפֵּי מַעְלָה וּמְשַׁעְבְּדִין אֶת לִבָּם לַאֲבִיהֶם שֶׁבַּשָּׁמַיִם
הָיוּ מִתְרַפְּאִין, וְאִם לָאו הָיוּ נִימּוֹקִים.
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Comenta la Mishná sobre el versículo que dice:
“Hazte una serpiente, y ponla sobre un asta; y sucederá que todo el que sea mordido, cuando lo vea, vivirá” (Números 21:8).
Una vez más lo que cabe preguntarse aquí es: ¿Acaso la serpiente de cobre podía matar o preservarle la vida a alguien?
Más bien, el mensaje viene a enseñarnos que cuando el pueblo Judío vuelve sus ojos hacia arriba y somete sus corazones a su Padre Celestial, es sanados y liberado de todas sus dolencias y tormentos, pero si no, se pudre por las mordeduras de las serpientes (el enemigo).
¿Acaso realmente dice que lo ponga en un asta? : Esto es mucho más profundo, La palabra hebrea usada aquí es Nés, como un asta de bandera en un monte alto” como en el versículo de Isaías 30:17; “¿Levantaré Mi Estandarte” (ibid. 49:22); “levanten una bandera” (ibid. 13:2).
Esto es porque ya que está colocado alto, sirve como un cartel de letrero y puede ser visto por todos, eso se llama Nés.
(Como un cartel visible bien alto como los grandes que se colocan en las orillas de las autopistas para atraer la atención de todos los que pasan por ahí).
Dice el rabi Shimón Ben Pezi en nombre del R. Yehoshua Ben Leví sobre las enseñanzas de Bar Kapará:
Todo aquel que come durante las tres Seudot de Shabat, éste será liberado de estos tres males:
*** Los Dolores de la venida del Mashiaj,*** Las Sentencias del Guehinóm,
*** Y de la Guerra Final (Guerra de Gog u Magog o sea de las 70 grupos de naciones.
Libro de Joel y Las Guerras Finales de Israel
El libro de Joel es uno de los libros proféticos del Tanakh, y su mensaje aborda temas de juicio, arrepentimiento y restauración. El capítulo 4, en particular, se centra en la restauración del Estado de Israel y el juicio de las naciones.
Resumen
La narrativa se centra en el momento en que comience cumplirse la profecía de la Gran guerra que acabará con todas las guerras de Israel. Esta es una Guerra Santísima, lo que significa que el resultado ya está determinado: Dios e Israel ganarán. Dios ha de atraer a las naciones gentiles del mundo a esta guerra sin que ellas lo sepan para juzgarlas.
La guerra que librarán estas naciones tiene un único propósito y objetivo: destruir a Israel de una vez por todas. No se especifica cuál es exactamente la motivación material o el catalizador, la causa, que lleva a todas estas naciones a tomar esta decisión. Sea lo que sea, se nos dice que será repentino.
Es de sospechar que el mundo en general no se sorprenderá, todos al mismo tiempo la mayoría de las naciones estarán de acuerdo para destruir a la nación Judía.
Los principales agresores de las Guerras contra Israel son las naciones que lo rodean: El Líbano, Jordania y Palestina, Arabia Saudita, Siria, Irak, Irán y otras naciones de África, como Egipto y Kush (Sudán). Las demás naciones del mundo que están más alejadas se aliarán con ellas y las apoyarán.
Juicio de las Naciones
El capítulo comienza con una declaración profética sobre el juicio que Dios llevará a cabo contra las naciones que han oprimido a Israel. Se menciona el "día del Señor", un tema recurrente en la profecía bíblica, que simboliza un tiempo de juicio y vindicación.
Reunión de las Naciones: Dios llama a las naciones a reunirse en el valle de Josafat, donde serán juzgadas por sus acciones contra el pueblo Judío. Este valle se asocia con el juicio divino.
Acusación de las Naciones: Se les recuerda a las naciones su maldad desde la antigüedad, como la venta de los israelitas como esclavos y la violencia cometida contra ellos, por los Romanos, Los Árabes, Musulmanes y Europeos (La Inquisición Española, El Holocausto, Los pogromos, Masacres y expulsiones).
Después del juicio, se presenta una promesa de restauración para Israel. Dios promete derramar su espíritu sobre su pueblo y restaurar las bendiciones que habían perdido.
Derramamiento del Espíritu: Se menciona que en los últimos días, Dios derramará su espíritu sobre toda carne,
Bendiciones Futuras: El capítulo concluye con una visión de un futuro donde Dios habitará con su pueblo, y la tierra será restaurada, libre de violencia y opresión.
El capítulo enfatiza que Dios es justo y que las naciones que han oprimido a su pueblo enfrentarán consecuencias. Este juicio es tanto un acto de justicia como una forma de redención para Israel.
La Esperanza de Restauración
A pesar del juicio, el mensaje central es de esperanza. Dios está dispuesto a restaurar a su pueblo y a bendecirlo si se arrepienten y vuelven a Él.
El Derramamiento del Espíritu
La promesa del derramamiento del espíritu es un tema clave que se desarrolla más en el Nuevo Testamento, mostrando la continuidad del plan de Dios a través de las generaciones.
Conclusión
El capítulo 4 del libro de Joel es un poderoso recordatorio de la justicia de Dios y su deseo de restaurar a su pueblo. A través de su mensaje, Joel invita a los lectores a reflexionar sobre la importancia del arrepentimiento y la esperanza en las promesas divinas. Este capítulo no solo habla del pasado, sino que también tiene implicaciones significativas para el futuro de la humanidad y la relación entre Dios y su pueblo.
Terminamos con un misterio: Atidá Parás She'Tipol Be'Yad Romi (Yomah 10). Los persas caerán en manos de Romy, ¿quién es este Romy? Muchos dicen que podría ser la nación occidental más fuerte del fin de los tiempos. ¿América? Pero ¿qué pasaría si Paras cayera en manos de alguien más pequeño, apoyado por la nación más fuerte?
אָמַר רַב: עֲתִידָה פָּרַס שֶׁתִּפּוֹל בְּיַד רוֹמִי. אֲמַרוּ לֵיהּ רַב כָּהֲנָא וְרַב אַסִּי לְרַב: בָּנוֹיֵי בְּיַד סָתוֹרֵי؟! אֲמַר לְהוּ: אִין, גְּזֵירַת מֶלֶךְ הִיא. אִיכָּא דְאָמְרִי, אֲמַר (לֵיהּ): אִינְהוּ נָמֵי הָא קָא סָתְרִי בֵּי כְנִישְׁתָּא.
Rav dijo: Persia está destinada a caer en manos de Roma. Otros sabios preguntaron: ¿Los constructores del Beit Hamikdash caerán en manos de los destructores? ¿Es eso justicia? Él les respondió: Puede parecer injusto, pero sí, ese es el decreto del Rey.
¡Qué tengamos el Mérito de vivir la Redención Completa muy pronto y con misericordia!
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