BLOG DE RAÍZ SEFARDÍ

ACTOS DE BONDAD Y EL MILAGRO DEL HUÉRFANO



ACTOS DE BONDAD Y EL MILAGRO DEL HUÉRFANO

La Torá del Eterno es perfecta, que convierte el alma; El testimonio del Eterno es fiel, que hace sabio al sencillo. Las Mitsvot (Los mandamientos) del Eterno son rectos, que alegran el corazón; El precepto del Eterno es puro, que alumbra los ojos. El temor del Eterno es limpio, que permanece para siempre; Los juicios del Eterno son verdad, son todos justos. Salmo 19:7-9





UN POBRE ENDEUDADO
La historia comienza con un hombre pobre residente de Jerusalén con dificultades financiera creciente, sus deudas no cesaban de aumentar, crecían y aumentaban, al igual que las necesidades de su familia. El no tenia ninguna manera de ir al extranjero para recaudar fondo. Ya desesperado no sabiendo que hacer, el pensó y tomo la decisión de ir a los hoteles durante la temporada turística en Israel para ver si encontraba algún turista rico que le pudiera ayudar. 

Así llegó él un día al hotel Sheraton Plaza en Jerusalén que estaba lleno de turistas de todo el mundo. Miró por todos lados, echó un vistazo en el Lobby, entonces ahí vió un Americano que aparentaba ser rico que estaba ahí con su familia.

MENDIGO A PESAR DE SÍ
Este pobre hombre que nunca había hecho algo así en toda su vida, pero estaba tan desesperado que sin vacilar se lanzó en esta aventura, se acercó tímidamente al hombre y le preguntó sí era posible hablar con el unos minutos. El Americano alzó la vista después de unos segundos y aceptó moviendo la cabeza. El pobre señor se presentó explicándole al Americano quien él era, y le describió su triste situación con una sinceridad profunda.

UN TZADIK BENEFACTOR
El turista Americano había escuchado muchas historias de desdichas cuando los mendigos de todos tipos se le acercaban, él en general permanecía impasible; aunque por lo general había sido generoso y bondadoso dándoles algo a los que le solicitaban en numerosos casos similares. Sin embargo, esta vez el le escuchaba con interés poco común, prestaba atención a los detalles de su interlocutor con la mirada fija.

DOS CHEQUES DE $20,000
Y cuando el pobre hombre terminó de hablar, el Americano le declaró: "Mi querido amigo, suba conmigo a mi habitación (cuarto de hotel), y te daré un cheque." Al llegar a su cuarto el Americano sacó su chequera y le firmó un cheque por $20.000.00 (Veinte mil dólares), luego se lo entregó al pobre hombre que se había quedado atónito y boquiabierto por la sorpresa enmudecedora. Y el Americano benefactor agregó, "y si usted vuelve mañana le firmaré otro cheque."

Nuestro hombre volvió al día siguiente, y tal como se lo prometió su benefactor le entregó otro cheque de $20.000 dólares ! El hombre le dio la mano calurosamente todavía sin comprender nada le dio un abrazo. Pero como la curiosidad lo quemaba se decidió a interrogar a su benefactor para interarse de lo que le había motivado a este Tzadik (hombre Justo y bondadoso) a mostrar tanta generosidad.

LA HISTORIA DE UN HUÉRFANO
El Americano que ya tenía los ojos lleno de lágrimas, se los secó y explicó : "Hace ya muchos años atrás cuando estaba en la Yeshivá (Academia de estudio bíblico Judío) en los Estados Unidos. Mis padres fallecieron cuando aún era muy joven, me había quedado huérfano y sólo. Baruj HaShem (Bendito sea el Eterno), yo me comprometí para casarme con una Jovencita maravillosa, pero como no tenía con quien contar, ni dinero para cubrir los gastos de la boda. Muy pronto me di cuenta de que no podía organizar la boda yo sólo, de toda manera me hice un pequeño presupuesto con lo poco que tenía y me lancé inmediatamente en los preparativos.

EL SERVICIO DE BANQUETES
En primer lugar, fui al Servicio de Banquetes para bodas, después de haberles explicado a ellos de que yo solo podía pagarles por sus servicios por medio de pagarés mensuales por varios meses. Les expliqué que si aceptaban yo organizaría la boda en el local de ellos. Y de una manera increíble ellos aceptaron.

LA TIENDA DE LAS FLORES
Luego visité la tienda de flores de un vecino y le planteé la misma situación y oferta para mi boda y también aceptó mi oferta. Finalmente pasé donde el sastre, averigüé lo del traje de novio y le propuse lo mismo que a los otros y el maravilloso sastre aceptó ayudarme con mis condiciones de pago.

EL PIANISTA
Unos dias antes de mi boda, asistí como invitado a la boda de un amigo, allí me di cuenta de lo que yo había olvidado. La orquesta que tocaba era muy viva y llenaba el lugar de un entretenimiento muy apropiado para la circunstancia. Y lamenté el hecho de que ya no me quedaba lugar en el presupuesto para pagar por la música. Armándome de coraje me acerqué del pianista que tocaba el teclado. Le expliqué mi situación, de que yo era un huérfano organizando sólo mi boda y sin dinero para pagar por la música, le pregunté si estaba disponible la noche de mi boda, que si él estaba libre esa noche a mi Kalá (novia) y a mi nos gustaría y nos haría feliz de poder embellecer nuestra Simjá (momento de regocijo) con su música tan linda. Y él me dijo déjame pensarlo. Y como no me dio una respuesta, pues el Pianista quedo en "Stand-by", y salí del lugar; yo en verdad no sabía si él iba venir o no, pero ya no tenía ninguna opción, hice mi "Hishtadlut" (hice lo debido) con todos los esfuerzos que pude.

Ya con los ojos que brillaban de alegría el Benefactor Americano siguió contando la historia: "La noche de mi boda, al llegar al lugar de la recepción, el Pianista no sólo se había presentado, sino que había llegado muy temprano, se conectó todo un sistema de sonido y su espectáculo en mi boda de huérfano fue particularmente un éxito , quedamos feliz y sumamente agradecido sin idea de como había de recompensar al músico por haber transformado la boda de mi orfandad en un evento memorable. Gracias a su música la recepción fue un verdadero éxito, una noche viva y llena de felicidad inolvidable." El pobre hombre escuchaba maravillado.

¿Quién era ese Pianista generoso?
Después de contar esta historia llena de emociones y con una voz que reflejaba mucho agradecimiento, el Benefactor concluyó: "Usted no me reconoce, y quizás ni se acuerda de mi, " le dijo al pobre hombre, "pero usted era ese Pianista bondadoso en mi noche de boda, hace ya tantos años atrás. Yo no se como decirte lo agradecido que estoy por ese enorme "Guemilut Jasadim" (Acto de Bondad) que hiciste para conmigo en mi boda de orfandad. Yo me alegro muchísimo y estoy de veras maravillado de que el Eterno me concedió esta oportunidad de devolverte "el Jesed" (Acto de Bondad Divina) y de poderte agradecer debidamente."

Publicado Por Torah-Box, una organización Judía dedicada a difundir los valores y la sabiduría divina del Judaísmo en el mundo Francófono.

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