BLOG DE RAÍZ SEFARDÍ

EL CUERPO HUMANO SE ASEMEJA A LAS VESTIDURAS DE LA REALEZA

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EL CUERPO HUMANO SE ASEMEJA A LAS VESTIDURAS DE LA REALEZA
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Talmud - Masejet Shabat  152b

El rabino Abahú dijo: Todo lo que la gente dice delante de un difunto, el difunto lo sabe, hasta que su tumba se sella con la piedra superior. 

El rabino Ḥiyá y el rabino Shimón, hijo del rabino Yehuda Ha'Nasi, no estaban de acuerdo con todos los detalles de esta declaración. Aunque sí, están de acuerdo con el hecho de que el difunto oye todo lo que se dice en la cercanía de su cuerpo muerto. 

Uno de ellos dijo que el difunto es consciente hasta que se sella la tumba con la piedra de corona, que se refiere a la cubierta de la tumba (Tosafot). Y el otro dijo que es hasta que la carne del muerto se descomponga.

El que dijo que es hasta que la carne se descomponga, puede sustentar su posición con base en lo que está escrito en el siguiente versículo: 

“Pero su carne se entristece por él, y su alma se enluta por él” (Job 14:22). 

Esto indica que el difunto es consciente del dolor de su carne en la tumba. El que dijo que el difunto es consciente sólo hasta que el sepulcro sea sellado con la piedra de coronación puede sustentar su punto de vista con base en lo que está escrito en otro versículo: “Y el polvo vuelve a la tierra como era, y el espíritu vuelve a Dios que lo dio” (Eclesiastés 12:7). Esto indica que cuando el cuerpo regresa a la tierra, el espíritu también regresa a su lugar y ya no es consciente de lo que le sucede al cuerpo.

Los Sabios enseñaron con respecto al versículo: 

“Y el espíritu vuelve a Dios que lo dio”
(Eclesiastés 12:7) 
La palabra: Quien lo dio, significa: Tal como le fue entregado al ser humano. En otras palabras, devuélveselo tal y como Él te lo dio a ti; así como Él te lo dio en pureza, tú también debes devolvérselo a Dios en pureza. 

La Guemará cita una parábola de un rey de carne y hueso que distribuyó prendas de vestir de la realeza a sus sirvientes. 

El Siervo prudente la dobló con mucho cuidado y la puso en una caja [en una Kufsá] preciosa para protegerla, mientras que el necio se fue a trabajar con la ropa que el rey le había entragado. Después de un período de tiempo, el rey les pidió que le devolvieran sus vestiduras. El prudente se la devolvió bien apretadita, tal y como estaban cuando ellos las habían recibido del rey; mientras que el necio se la devolvió sucia. El rey estaba feliz de saludar al sirviente sabio, pero quedó muy enojado cuando vino a saludar al necio.

Con respecto al sirviente sabio dijo el rey: 
Qué mi vestido sea puesto dedevuelta al alfolí, y que se vaya este sirviente a su casa en paz. 
Y con respecto al Siervo insensato dijo el rey: 
Qué mi vestido sea entregado con el limpiador, y que el insensato sea encarcelado en la prisión como castigo por degradar la vestidura del rey, en vez de haberla tratado para sus propios fines.
El Dios Eterno que es el único Santo, Bendito Sea Él, también actúa de esta manera. Con respecto a los cuerpos de los Tzadikím (los justos), que se asemejan a las vestiduras de la realeza que se guardan bien, en las Sagradas Escrituras al Tzadik (al Justo) lo llaman Shalóm (Paz) como dice el versículo: “Ya llega Shalóm (Paz)", y depués sigue diciendo así: "Ellos (Los Justos) reposan en sus camas, cada uno de aquellos que andan en su rectitud” (Isaías 57:2). 

Y con respecto a sus almas, se dice así: 

“Y el alma de mi señor (David) estará atado en el haz de la vida con el Eterno tu Dios” (I Samuel 25:29). 

Y a la inversa, con respecto a los cuerpos de los Reshayím (los impíos), se dice: 

“No hay paz, dice el Eterno, para los Reshayím (los impíos)” (Isaías 57:21), 
y con respecto a sus almas, dice: “Y las almas de tus enemigos, Él los arrojará en el hueco de la honda” (Ahí tenemos una referencia al castigo de la Kafakela - I Samuel 25:29).

LA ENSEÑANZA DE KAFAKELA POR RABI ELIEZER
Y PROFETIZADA POR ABIGAIL

Se enseñó en una beraita que el rabino Eliezer dice Así: Las almas de los Tzadikím (los justos) se guardan debajo el Trono de la Gloria, como está dicho por Abigail La Neviá: “Y el alma de mi señor será atada en el fardo de la vida” (I Samuel 25: 29). Pero las almas de los malvados están continuamente atadas, y un ángel se para en un extremo del mundo y otro ángel se para en el otro extremo del mundo y lanzan las almas de los malvados de un lado a otro, como fue declarado: “Y las almas de tus enemigos, Él las arrojará con la honda, en el hueco de la honda” (I Samuel 25:29).

LA BONDAD Y EL BUEN JUICIO DE ABIGAIL LA PROFETIZA
1 Y murió Samuel, y todo Israel se reunió, y lo lamentaron, y lo sepultaron en su casa en Ramá. 

Y David se levantó y descendió al desierto de Parán. 2 Y había un hombre en Maón, cuyas posesiones estaban en el Carmelo. Y el hombre era muy grande, y tenía tres mil ovejas y mil cabras; y estaba, mientras esquilaba sus ovejas, en el Carmelo. 3 Y el nombre del hombre era Nabal, y el nombre de su mujer, Abigail. Y la mujer era de buen juicio y de hermosa forma (Era sumamente guapa), pero el era un hombre duro (Tacaño), y de malas obras; y él era calebita.

4 Y David oyó en el desierto que Nabal estaba trasquilando sus ovejas. 5 Y envió David diez de sus jóvenes. David les dijo a los jóvenes: Suban al Carmelo, y allí llegarán ustedes a Nabal, y salúdenlo en mi nombre (Salúdenlo de mi parte). 6 Y así le dirás: 
¡Qué la paz esté contigo, y qué la paz permanezca en tu casa, y qué la paz siga con todo lo que es tuyo!
7 Ya he oído que están esquilando para ti. haz de saber que tus pastores estaban con nosotros. No les hicimos ningún mal, ni les faltó nada en todo el tiempo que estuvieron en el Carmelo. 8 Pregúntaselos a sus jóvenes y verá que ellos mismos selo dirán; pues que hallen estos jóvenes que he mandado, gracia ante los ojos de usted. Ya que hemos venido al Yom Tov (al día de fiesta). Dale ahora lo que sea que tu mano halle de bueno a tu siervo, a tu hijo David.' "

9 Y vinieron los jóvenes de David, y hablaron con Nabal conforme a todas estas palabras, en nombre de David, y reposaron. 10 Pero Nabal les respondió a los siervos de David, y les dijo: 
¿Quién es David, y quién es el hijo de Yishai? Hoy en día, hay muchos esclavos, que se separan, cada uno de su amo. 11 ¿Y qué, acaso he de tomar yo ahora mi pan y mi agua, y mi comida que he cocinado para mis esquiladores, y se los daré a una gente que ni sé de dónde es?
12 Y los jóvenes de David se devolvieron por su camino, y volvieron, y estando de vuelta se lo contaron (a David) exactamente con todos los detalles usando las mismas palabras. 13 Y David les dijo a sus hombres: 
"Vamos, qué se ciña cada uno su espada", 
y ellos se ciñeron cada uno su espada, y David también se ciñó su espada, y subieron tras David, como cuatrocientos hombres, y doscientos se quedaron con el equipaje. .

14 Y uno de los jóvenes (en casa de Nabal), le avisó a Abigail, la mujer de Nabal, diciendo: 

"He aquí, David envió mensajeros desde el desierto para saludar a nuestro amo, y él los ahuyentó. 15 Tienes que saber que esos hombres habían sido muy buenos con nosotros; nos protegieron, no nos sucedió nada malo a causa de ellos, ni nos faltó nada en todo el tiempo que anduvimos con ellos, cuando estuvimos en el campo. 16 Ellos fueron como un muro de protección para nosotros tanto durante el día como por la noche, todo el tiempo que estuvimos con ellos, apacentando las ovejas."
17 "Ahora pues, qué tú decidas lo que vas a hacer, porque el mal está decidido contra nuestro señor y contra toda su casa; y este hijo del diablo, él es una persona tan malvada que uno no puede ni hablar con él ".
EL ENCUENTRO DE ABIGAIL CON DAVID
18 Y Abigail se apresuró y tomó doscientos panes, y dos cántaros de vino de barro, y cinco ovejas preparadas, y cinco seah de harina de espigas tostadas, y cien racimos de pasas, y doscientas tortas de higos; y los puso sobre los asnos. 19 Y ella dijo a sus jóvenes: vayan delante de mí; he aquí, yo voy detras de ustedes. Y no se lo dijo a su marido Nabal. 20 Y sucedió que ella iba montada en el asno y descendía al amparo de la montaña, y he aquí, David y sus hombres descendían hacia ella, y ella los encontró.

21 Y dijo David: Ciertamente en vano he cuidado todo lo que este hombre tiene en el desierto, para que nada le falte de todo lo que es suyo, y me ha devuelto mal por bien.

22 Así hará Dios con los enemigos de David, y así continuará, si yo dejare de todo lo que tiene, hasta la luz de la mañana, hasta un solo perro. 23 Y Abigail vio a David, y se apresuró y se apeó del asno; y ella se postró sobre su rostro delante de David, y se postró en tierra. 24 Y ella se postró a sus pies, y le dijo: "Solo en mí, mi señor, está la iniquidad. Ahora, deja que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva. 25 No se preocupe mi señor de este vil hombre de Nabal, porque como su nombre, así es él. Nabal es su nombre, y la ingratitud está con él; y yo, tu sierva, no vi a los jóvenes de mi señor que tú enviaste.

26 Y ahora, mi señor, viva el Eterno y por tu vida, (juro) que el Eterno te ha impedido venir al derramamiento de sangre, te ha impedido venir a salvarte a ti mismo con tu propia mano. Y ahora, que sus enemigos y los que buscan el mal de mi señor, sean como Nabal. 27 Y ahora, este presente que tu sierva ha traído a mi señor, será dado a los jóvenes que andan a los pies de mi señor. 

PROFECIAS DE ABIGAIL LA NAVIA

28 Perdona ahora la transgresión de tu sierva, porque el Eterno le dará a mi señor una casa segura, porque mi señor pelea las guerras del Eterno. Y que no se halle mal alguno en ti en todos tus días.

29 Y aunque se levante un hombre para perseguirte y buscar tu alma. El alma de mi señor será atada en el haz de la vida con el Eterno tu Dios, mientras que el alma de tus enemigos, el Eterno la arrojará con el hueco de la honda.

30 Y sucederá que cuando el Eterno haga a mi señor conforme a todo el bien que ha dicho acerca de ti, te nombrará gobernante sobre Israel. 31 Que esto no le sea como tropezadero y un remordimiento de corazón a mi señor, que sin causa ha derramado sangre, o que mi señor se ha vengado. Y cuando el Eterno haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva".

32 Le dijo David a Abigail: 
"Bendito sea el Eterno, el Dios de Israel, que te ha enviado ati hacia mí en este día."

 

DAVID BENDICE A ABIGAIL LA TZEDEKET
33 "Bendito sea el consejo tuyo, y bendita seas tú (oh mujer), que me has impedido este día de caer en un derramamiento de sangre, y de vengarme con mi propia mano."
34 Y ciertamente, que viva el Eterno, el Dios de Israel, que me ha impedido hacerte daño, (juro) que si no te hubieras apresurado y venido hacia mí, no le hubiera quedado a Nabal hasta el amanecer, ni siquiera un perro. 35 Tomó David de su mano lo que ella le había traído, y le dijo: Sube en paz a tu casa. Mira que he escuchado tu voz y te he mostrado favor.

36 Y Abigail vino a Nabal, y he aquí, él tenía un banquete en su casa como el banquete del rey; y el corazón de Nabal estaba alegre dentro de él, y estaba muy borracho. Y ella no le dijo nada, más o menos hasta el amanecer. 37 Y fue por la mañana, cuando se le quitó la borrachera a Nabal, que su mujer le dijo estas cosas, y su corazón desfalleció (se le murió el corazón) dentro de él, y quedó tieso como una piedra. 38 Y fue solamente diez días después, que el Eterno le infligió un golpe a Nabal, y se murió.

39 Y David oyó que Nabal había muerto, y dijo: 

"Bendito sea el Eterno, que juzgó la causa de mi oprobio de la mano de Nabal, y refrenó a su siervo del mal, y devolvió el mal de Nabal sobre su propia cabeza." 

Y envió David, y habló acerca de Abigail, para tomarla para él por mujer.

ABIGAIL SE CASA CON DAVID
40 Y vinieron los siervos de David a Abigail, en el lugar llamado Carmel (A no confundirce con el monte Carmelo en Haifa), y le hablaron, diciendo: David nos ha enviado a ti para tomarte con él por mujer. 41 Y levantándose, se postró sobre su rostro en tierra, y dijo: He aquí, tu sierva es esclava para lavar los pies de los siervos de mi señor. 42 Y ella se apresuró y montó en el asno con sus cinco doncellas que iban con ella. Y ella siguió a los mensajeros de David, y se convirtió en su esposa. 43 David tomó también a Ahinoam de Jezreel, y ambas fueron sus mujeres. 

44 Mientras que Shaúl por su parte le había dado a su hija Mijal, quien era la (primera) mujer de David, a Palti Ben Laish, un hombre de Galím.



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