SOY JUDÍO ORTODOXA Y LO AFIRMO, SOY UNA MUJER JUDÍA FELIZ Y VIVO EL JUDAÍSMO CON ORGULLO.
Mientras Netflix y los Medios moderno sienten un honor y un deber de retratar a las mujeres judías ortodoxas como infelices y atrapadas ... Me uniré a otros para compartir mi historia de alegría y luz. Soy una orgullosa mujer judía (ortodoxa).
Es peligroso mancillar una cultura entera debido a la experiencia traumática de una persona o dos. (El trauma / sufrimiento no es nada bueno, para nadie, sin importar su religión. Pero que dejen de difamar al mundo judío, difundiendo que el ser ortodoxo equivale a trauma.
Nosotros (como TODOS LOS JUDÍOS) somos una minoría que ya recibe una tremenda cantidad de odio y antisemitismo. ¿A caso no merecemos la protección de Hollywood? ¿Acaso nos importa eso?
Los estereotipos no le ayudan a nadie, solo le agregan leña al fuego del odio ardiente.
¿Acaso no deberíamos tener aliados que estén de nuestro lado, mientras que los judíos están siendo atacados por todas partes? ¿Mientras que los estudiantes judíos son el objetivo en línea, en las escuelas públicas y en los campus universitarios?
Desafortunadamente, estos programas de Netflix son la única exposición que algunas personas tienen de los judíos y de nuestro estilo de vida.
HISTORIA DE UNA EMISARIA DE JABAD
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Esta es mi historia: Soy una orgullosa madre emisaria (ortodoxa) de Jabad de 8 preciosos hijos. (No soy una madre perfecta, pero sigo haciendo mi mejor esfuerzo). Tengo la bendición de haber crecido como nieta (una de muchas) de un sobreviviente del Holocausto. Mi zaidy y Bubby (mis abuelos) criaron una gran y hermosa familia (ortodoxa) de 8 hijos en la ciudad de Montreal. Mis otros abuelos también escaparon justo a tiempo (antes de la segunda guerra mundial) y también criaron a 6 hijos judíos orgullosos (ortodoxos) en Cleveland, Ohio.
Mis parientes inmediatos se cuentan por centenares. Todos son judíos ortodoxos y lo viven alegremente con orgullo. Ellos atesoran el hermoso regalo de las Mitzvot. La Torá es nuestra hoja de ruta hacia una vida plena. No estamos obligados ni atrapados. Cuando llega el Shabat cada semana, cierro los ojos y disfruto de la paz y la serenidad, cuento mis bendiciones y dejo que la gratitud llene mi alma.
Mis padres dedicaron sus vidas a compartir el judaísmo en Ottawa, Nueva York, Montreal, Melbourne y más. Ellos nos criaron a mí y a mis hermanos con amor por HaShem (El Eterno Dios), amor por la Torá y el amor el uno por el otro. Cualquiera que haya visitado nuestro hogar cuando éramos niños lo sabe: ¡nuestro hogar estaba lleno de amor y diversión!
Mi esposo (quien se creció, como Judío "ortodoxo" en la calurosa ciudad de Miami Beach) y yo trabajamos día y noche para compartir el amor que tenemos con nuestra comunidad y con nuestros hijos. Valoramos nuestra bendición de tenernos el uno al otro. Y nuestro sueño es un mundo de paz, libre de sufrimiento o tristeza.
EL SER JUDÍO ES ALGO QUE TRAE ALEGRÍA Y FELICIDAD
Ser judío es algo que llevo con orgullo y alegría. Trae significado y plenitud. El Rebe no creía en las etiquetas. Un judío con alma es un judío con una “chispa de divinidad” sin importar de qué afiliación venga. No importa en qué afiliación esté. Soy una orgullosa mujer judía. No le pongo etiquetas a los judíos. Las etiquetas son para las camisetas.
Gracias al Eterno y a la Torá por traer tantas riquezas a mi vida. Cada día es una bendición.
Lamentablemente, la mayoría de las historias personales de la gente ortodoxa son como la mía y los medios de comunicación no las recogen. Las historias positivas de la mayoría no se convierten en vendedores calientes (Hot Sellers). Bueno, ¡la verdad ya salió a la luz!
¡Comparte tu verdad también!
(Vea las imágenes a continuación, por seguro nos vemos obligados todos a vivir una vida sin felicidad y sin placeres, ¿no es cierto?)
Gracias Mindy Sarna Zobin por la inspiración. ¡Comparte tu historia!
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